LEYENDA DE LOS DRAGOS GEMELOS
Isla de La Palma, Canarias
La isla de La Palma es un lugar de leyenda, su geografía, su posición en el mapa, su altura, sus bosques... En el barrio de Miranda, en Breña Alta, se custodian dos hermosos ejemplares de dragos que han crecido juntos entrelazando sus ramas.
La bella Urbina
La leyenda de los Dragos Gemelos se remonta justo a la época previa a la conquista y en la misma participan dos hermanos gemelos, Urunte y Timizara, y una bonita doncella benahorita de nombre Urbina.
Ninguno lograba sobreponerse al otro en el amor por la hermosa doncella y la hermandad y la amistad que se habían profesado se tornó en odio feroz.
Los dos aguerridos y encelados gemelos determinaron resolver su disputa en una pelea a vida o muerte por el amor de Urbina. Tan sangrienta fue la pelea que ninguno salió vivo.
La doncella, al enterarse de la triste desventura, se consideró causante del fallecimiento de sus dos pretendientes y juró que jamás sería de nadie, sino del recuerdo de los dos hermanos. Apenada y desconsolada quiso que la imagen de los dos jóvenes fuera superior a su propia existencia. Se trasladó por las agrestes laderas de la Cumbre recubiertas de hojas, árboles y arbustos de la mítica y húmeda laurisilva, al poniente de La Palma, en busca de dos gajos de dragos para luego, cariñosamente, plantarlos paralelos y próximos en el mismo lugar donde los dos hermanos habían derramado su sangre. Cada día iba a regarlos con su cántaro, ya que sentía el mismo amor y compasión por ambos. De esta forma, según el relato, se cumplieron los deseos de inmortalidad de un recuerdo y, sobre todo, de un amor.
Agrupación Aduares
Dragos gemelos

La isla de La Palma es un lugar de leyenda, su geografía, su posición en el mapa, su altura, sus bosques... En el barrio de Miranda, en Breña Alta, se custodian dos hermosos ejemplares de dragos que han crecido juntos entrelazando sus ramas.
La bella Urbina
La leyenda de los Dragos Gemelos se remonta justo a la época previa a la conquista y en la misma participan dos hermanos gemelos, Urunte y Timizara, y una bonita doncella benahorita de nombre Urbina.
Ninguno lograba sobreponerse al otro en el amor por la hermosa doncella y la hermandad y la amistad que se habían profesado se tornó en odio feroz.
Los dos aguerridos y encelados gemelos determinaron resolver su disputa en una pelea a vida o muerte por el amor de Urbina. Tan sangrienta fue la pelea que ninguno salió vivo.
La doncella, al enterarse de la triste desventura, se consideró causante del fallecimiento de sus dos pretendientes y juró que jamás sería de nadie, sino del recuerdo de los dos hermanos. Apenada y desconsolada quiso que la imagen de los dos jóvenes fuera superior a su propia existencia. Se trasladó por las agrestes laderas de la Cumbre recubiertas de hojas, árboles y arbustos de la mítica y húmeda laurisilva, al poniente de La Palma, en busca de dos gajos de dragos para luego, cariñosamente, plantarlos paralelos y próximos en el mismo lugar donde los dos hermanos habían derramado su sangre. Cada día iba a regarlos con su cántaro, ya que sentía el mismo amor y compasión por ambos. De esta forma, según el relato, se cumplieron los deseos de inmortalidad de un recuerdo y, sobre todo, de un amor.
Agrupación Aduares
Dragos gemelos