Autora: Helen Read. Traducido por: Álvaro Sicilia García Los árboles viejos son una parte significativa de nuestro patrimonio histórico, cultural y ecológico, muy apreciado por muchas generaciones; antiguamente por su valor económico y social o como elementos de un paisaje pintoresco o romántico, y recientemente como resultado de nuestra mayor comprensión de su considerable importancia ecológica. Manual de referencia inestimable para todas las personas, desde arboricultores profesionales a asesores del medio rural, relacionadas con la conservación y gestión de los árboles viejos por su valor tanto ecológico como paisajístico o histórico. ISBN: 978-84-617-4799-3 Edición en inglés publicada por The Veteran Trees Initiative (Fundada por English Nature, Countryside Agency y Natural Heritage), English Nature, Peterborough. Edición en castellano publicada en el año 2016 por la Asociación Española de Arboricultura.
Tras el asesinato de Liviu Pop, exigimos que se requiera a las autoridades rumanas cerciorarse de la independencia de los fiscales a cargo de la investigación del caso. Esta investigación penal debe ser trasladada a la oficina del fiscal en el Tribunal Superior de Casación y Justicia de Rumanía, en Bucarest.
Por qué es importante
La semana pasada, Liviu Pop, un guardabosques que investigaba la tala ilegal en bosques de Rumania, fue hallado muerto por disparos de su propia arma, cerca de un lugar de tala. En este momento, la investigación sobre la muerte de Liviu Pop está en manos de los fiscales del condado de Maramures, donde tuvo lugar el incidente, quienes sostienen que el guardabosques se disparó a sí mismo por error. Los principales sospechosos fueron puestos en libertad sin cargos. Uno de ellos es el sobrino del fiscal jefe en una ciudad cercana. Es millonario y trabaja para una empresa involucrada en escándalos relacionados con la tala ilegal. Obviamente, esta situación genera sólidas sospechas sobre la imparcialidad de la investigación. Liviu Pop es uno más de los muchos guardabosques víctima de los grupos criminales que actúan en los bosques rumanos. En los últimos años, más de 600 guardabosques han sido atacados, y 6 de ellos han muerto. Estas cifras muestran la magnitud de un fenómeno que está fuera de control para las autoridades locales y nacionales de Rumanía. La vida de quienes protegen los bosques está expuesta a un peligro constante. Además, las investigaciones de estos actos violentos son superficiales y protegen a los criminales y a las mafias madereras. Liviu Pop era padre de tres hijos. No solo se encontró su cuerpo con disparos sino que se constantó que había sido arrojado por un barranco. La información facilitada por los fiscales a la prensa es simplemente ridícula. Los principales sospechosos fueron puestos en libertad, aún habiendo reconocido que habían estado involucrados en un altercado con Liviu Pop y que huyeron del lugar donde se produjeron los hechos, dejando al guardabosques agonizando en medio del bosque. A pesar de eso, los fiscales sostienen que es probable que Liviu Pop se disparase por error. No podemos evitar preguntarnos por qué los investigadores se inclinan de una forma tan clara hacia la versión de los hechos expuesta por los sospechosos. Varios artículos de prensa han señalado que uno de los tres hombres interrogados es un millonario local, sobrino del fiscal general de la cercana ciudad Târgu Lăpuș y primo de un conocido abogado de Baia Mare, otra ciudad de la zona. Sin duda, este es un conjunto de relaciones e intereses interrelacionados que deben estar afectando la imparcialidad de los investigadores locales. Es importante presionar ahora a las autoridades, antes de que la indignación creada por esta trágica muerte se desvanezca.
I saw a tree by the riverside one day as I walked along. Straight as an arrow and pointing to the sky and growing tall and strong. “How do you grow so straight and tall?” I said to my riverside tree. This is the song that my tree friend sang to me.
Chorus: I’ve got roots growing down to the water, I’ve got leaves growing up to the sunshine, and the fruit I bear is a sign of the life in me. I am shade from the hot summer sundown. I am nest for the birds of the heaven. I’m becoming what the maker of trees has meant me to be: A strong young tree.
I saw a tree in the wintertime, when snow lay on the ground. Straight as an arrow and pointing to the sky and the winter winds blew all around. “How do you grow so straight and tall? ” I said to my wintertime tree. This is the song that my tree friend sang to me.
Chorus: I’ve got roots growing down to the water, .....
I saw a tree in the city streets, where buildings blocked the sun. Green and lovely I could see it gave joy to everyone. “How do you grow in the city streets?” I said to my downtown tree. This is the song that my tree friend sang to me:
Chorus: I’ve got roots growing down to the water, ......
Well now, I saw a tree by the meeting place where people gathered around some came to sing and some came to dance and some just sat on the ground how do you such life and shade? I said to the meeting place tree. This is the song that my tree friend sang to me.
Chorus: I’ve got roots growing down to the water, ......
La nieve acaba con una de las encinas milenarias de Serón, Almería
La encina del Marchal, destrozada tras la nevada caída estos días. La Voz
La provincia de Almería cuenta desde este martes con un joya histórica y representativa de su naturaleza menos. Tras alrededor de 1.000 años de historia, la encina milenaria de Serón ubicada en el paraje del Marchal del Abogado y que formaba parte de un sendero que recorría parte del municipio a través de sus árboles más longevos e imponentes, ha desaparecido. Desde esta semana, ese trazado de las ‘Encina milenarias’cuenta con un atractivo menos y, lo que es más importante, del patrimonio de los vecinos de Serón y de la provincia ha desaparecido de la noche a la mañana un árbol que fue declarado oficialmente como ‘Monumento Natural’ e incluido en el ‘Inventario de árboles y arboledas singulares de Andalucía’. La rotura del tronco de la milenaria encina tuvo lugar tras las grandes nevadas de este temporal, aunque tanto los vecinos del lugar como el Ayuntamiento de Serón aseguran que el árbol estaba enfermo de forma previa. Concretamente padecía la ‘seca del encinar’, un pseudohongo capaz de acabar con miles de especies vegetales distintas. Pese que, al menos visiblemente, la encina padecía ‘la seca’ tan sólo en una parte de la misma, esta enfermedad ha podido ser clave para poner fin a su vida tras un milenio como testigo del tiempo en la Sierra de los Filabres. “Desgraciadamente después de casi 1.000 años nos ha tocado decirle adiós a este árbol”, ha lamentado en declaraciones a este periódico el alcalde de Serón, Juan Antonio Lorenzo. Es una verdadera desgracia y una pena ver un ser vivo milenario en el suelo”, ha añadido el regidor. Por el momento, la encina milenaria no ha desaparecido del todo, ya que su tronco tiene tal envergadura que por el momento no ha sido posible quitarlo de forma segura del camino de acceso a la barriada del Marchal del Abogado por lo que, al menos hasta última hora de la tarde de ayer, los vecinos no podían “entrar a la barriada” mediante este acceso según el Ayuntamiento. Una vez que se cuente con la maquinaria adecuada para retirar el tronco, la intención del Gobierno municipal es la de dejar el tronco de forma “testimonial”. Vecinos de la barriada han mostrado su desolación por este hecho, ya que la encina milenaria era todo un símbolo del lugar y han lamentado que nadie haya atajado antes la enfermedad que sufría y a la que culpan, junto a la nieve caída, del fatal desenlace del árbol.
Imagen de la encina del Marchal hace unos años, en una foto de Senderos de Serón.La Voz
En cuanto a las otras dos encinas que forman el sendero, ambas se mantienen con “buena salud” según el Ayuntamiento. Entre ellas se encuentra la encina milenaria de mayor envergadura de Andalucía conocida como ‘La Peana’, con una base de 15 metros de diámetro aproximadamente. El tercer gran árbol, ‘La Trébedes’, padece también ‘la seca’ aunque mantiene estable según el Consistorio. De todos modos, el alcalde ya ha puesto en conocimiento de Medio Ambiente porque a la larga “si no actuamos puede tener las mismas consecuencias” que la encina del Marchal del Abogado. Desde hace un tiempo, la web de turismo de la Junta de Andalucía muestra un error cuando se intenta acceder a la información del árbol ya caído. Una premonición o una muestra de cómo, a veces, las instituciones y la sociedad no prestan la atención necesaria a un patrimonio que, tal y como ha ocurrido en Serón, cualquier día puede dejar de estar presente. Las futuras generaciones, después de mil años, ya no conocerán como un árbol vivo a la encina del ‘Marchal del Abogado’.
JONATHAN RUBINES GARCÍA, en Euskonews La apuesta de aizkolaris que acabó con las hayas más grandes de Euskadi
El aizkolari Luxia (Juan José Narvaiza) durante la prueba de corte del Airoko-pago. Foto: CC BY-SA Indalecio Ojarguren – Gure Gipuzkoa.
Es posible que junto con las traineras, las competiciones de corta de troncos sean los dos deportes rurales vascos con mayor tradición y popularidad. La Aizkora tiene posiblemente su origen en la corta de árboles para su uso en el carboneo, y por tanto está profundamente arraigada a la historia y la economía rural vasca.
2-El aizkolari Luxia (Juan José Narvaiza)
Para las pruebas de aizkolaris se utilizan generalmente hayas verdes, sin nudos a la vista. Los concursos y campeonatos consisten en cortar un número determinado de troncos, siendo el ganador el que lo consigue en el menor tiempo posible. Aunque las pruebas oficiales comenzaron en 1950, desde el siglo XIX las apuestas ya eran muy habituales. Existen multitud de modalidades y condiciones, desde un desafío entre aizkolaris, una prueba por parejas, incluso un aizkolari contra una pareja. Cuanto más espectacular es la competición, mejores las apuestas; esa es la clave. Durante la primera mitad del siglo XX los aizkolaris comienzan a ser deportistas conocidos y generan una gran afluencia de público en las plazas de toros de Tolosa, Azpeitia, Donostia y Eibar entre otros lugares. La prensa llena titulares con Santa Agueda, Atxumberria, Keixeta, Kotaberri, Arria, Corta o Luxía. Estos dos últimos aizkolaris, Antonio Soraluze “Corta” (Azkoitia, 1918) y Juan José Narbaiza “Luxía” (Azkoitia, 1921), participaron cada uno por separado en un desafío nunca antes visto. Si lo normal es que los troncos de haya para las competiciones midan de circunferencia entre 36 pulgadas “oinbetekoak” (91,44 cm) y 72 pulgadas “oinbikoak” (182,88 cm), a veces 80 pulgadas (203,20 cm) y excepcionalmente 108 “kanak” (274,32 cm), su reto consistía en tratar de cortar las dos hayas más grandes conocidas en Euskadi: el hacha frente a dos gigantes de más de 160 pulgadas.
Dos desafíos con diferente final
Las dos hayas procedían del mismo monte, el de Nabarniz (Bizkaia). Aun hoy sobrevive algún retazo de hayedo entre plantaciones de coníferas. Como si fuesen ciudadanos del pueblo, los árboles tenían nombre propio, y su destino, aunque separado en un principio, tiene curiosamente un final común. Corta, con sus 1,86m y 100kg de peso, aunque especialista en troncos de 36 pulgadas decidió enfrentarse a “Artagoitiko pague” (o Artegoitiko pague), una inmensa haya brava de 169,3 pulgadas de circunferencia (430 cm de circunferencia o 137 cm de diámetro). La tronza cortada para el evento pesaba 4.000kg y mostraba en su corte los 167 anillos de crecimiento del árbol. Hicieron falta 10 hombres y dos días de trabajo para abatir el árbol, y ocho pares de bueyes para trasladarlo hasta el probadero1. La apuesta consistía en descuartizar el colosal tronco en menos de 120 minutos, jugándose 20.000 pesetas de la época. La prensa local se deshizo en elogios ante la hazaña2,3,4, que consiguió en una hora, 47 minutos y 17 segundos, y tras 3.295 golpes, habiendo utilizado 11 hachas diferentes. La descripción periodística incluía los momentos previos a la cita con los gritos de apuestas, la estrategia seguida por Antonio Soraluze y las reacciones de los espectadores del campo de futbol de Marquina (Bizkaia). El espectáculo tuvo lugar el domingo 17 de julio de 1949.
Una semana más tarde, el 25 de julio, está vez en el frontón de Deba, Luxía repetía modalidad de desafío pero enfrentándose al haya brava más grande de Euskadi, “Airoko pague”. La apuesta, este vez de 50.000 pesetas, consistía en cuartear al coloso de 185 pulgadas de circunferencia (470 cm de circunferencia o 149,7 cm de diámetro, aunque en su parte más ancha cerca de la base llegara a 210 cm de diámetro) en 120 minutos. El reto congregó a miles de espectadores, entre los cuales acudieron algunas personalidades como el Sr. Areitza, embajador de Argentina5. A doce minutos de finalizar el reto, exhausto por el calor, Luxía abandonó, no pudiendo completar el reto y perdiendo por tanto la apuesta. Entre los espectadores se especulaba que “Airoko Pague” era en realidad un haya trasmocha (pago-motxa) y no un haya brava (pago-lixarra), y que las características de la madera hacían imposible el lance. La prensa no fue benévola con su fracaso5 y no dudó en compararle con el éxito cosechado por Corta la semana anterior5, 6, dedicándole algunos diarios tan solo una triste columna7. Apenas se aportan datos técnicos y las noticias divagan sobre aspectos banales, como el aspecto físico de Juan José o la bebida que le daban sus entrenadores. En este caso, David no pudo vencer a Goliath, aunque paradójicamente el gigante estaba muerto desde el primer momento. La Asociación de Ciencias Aranzadi recoge entre las comunicaciones recibidas en 1949 un artículo8 relativo a las competiciones de Corta y Luxía, donde se critica el afán de espectacularidad de la corta de troncos, sin tener en cuenta el valor intrínseco de la singularidad de los árboles cortados para este fin. El texto, escrito el 17 de julio de 1949 no tuvo ninguna repercusión en prensa, tal y como indica la nota al pie de página del compendio de artículos. Son los únicos párrafos de la época que van más allá del deporte y las apuestas, y lanzan un mensaje crítico sobre la falta de ética ambiental o el escaso valor patrimonial que se le daba a los árboles añosos.
Las dos hayas juntas de nuevo
4- El aizkolari Corta (Antonio Soraluze)
La historia de los dos gigantes no acabó en los duelos llevados a cabo en Marquina y Deba. La Asociación de Ciencias Aranzadi, en su recopilación de trabajos realizados en 19499 explica cómo, gracias a Don José Echeandia y a Don Castor Uriarte, se pudieron conseguir dos rodelas completas de ambas hayas. En los dos casos, fueron trasladadas a la Sala de Ciencias Naturales del Museo de San Telmo y más tarde al hall de entrada de la Sede principal de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en Donostia. Las dos rodelas se encuentran juntas y etiquetadas, habiéndose indicado sobre los anillos de crecimiento de “Artagoitiko Pague” diversas efemérides de la historia del País Vasco (sobre todo de la historia de Aranzadi) desde su nacimiento en 1782 hasta su derribo en 1949. En el caso de “Airoko Pague”, se indica como 1774 su año de nacimiento, por lo que tenía 175 años en el momento en que se cortó. Don castor Uriarte no sólo consiguió una rodela de “Artagoitiko Pague” sino dos, donando la segunda al Euskal Museoa de Bilbao, una tronza de 127 cm de diámetro que recoge toda la historia del árbol, incluidas algunas fotografías que se incluyen en el presente artículo. Aunque existen sensibilidades a favor de la conservación de los árboles añosos y singulares a principios del siglo XX, no es hasta los años 80 y 90 cuando se desarrollan campañas específicas para la puesta en valor de estos ejemplares y su protección legal. Aunque hoy nos parece casi un crimen que se talasen semejantes hayas para una prueba deportiva, la sociedad de la época veía en los montes un modo de vida y una forma de aprovechamiento y no se contemplaban otras alternativas como el disfrute de los valores naturales, el valor de la biodiversidad, etc. Las dos rodelas que se conservan en la Sociedad de Ciencias Aranzadi son testigos de una parte de nuestra historia, y al contemplarlas hoy podemos constatar los cambios que se han producido en nuestra visión del medio natural en los últimos 70 años.
El autor del artículo junto a las dos rodelas presentes en la entrada de la sede de Aranzadi en Donostia.
1 Iñaki Egaña, 2009. Mil nuevas noticias insólitas del país de los vascos. Editorial Txalaparta. 2 En Markina, viendo “trabajar” a Corta. El Diario Vasco. 19 de julio de 1949. 3 A “Corta” le sobró tiempo para deshacerse de “Artegoitiko-pague”. Hoja oficial del lunes de la Provincia de Guipúzcoa. 18 de julio de 1949. 4 A Corta le sobró tiempo para despachar la famosa Artegoitiko Pague. La Voz de España Diario tradicionalista. 19 de julio de 1949. 5“Luxía” no pudo con el “Airoko-Pagua”. El Diario vasco. 27 de julio de 1949. 6 Luxía no pudo con el “Airoko Pague”. La Voz de España Diario tradicionalista. 26 de julio de 1949. 7“Luxía” fracasó en su intento. Hoja oficial del lunes de la Provincia de Guipúzcoa. 25 de julio de 1949. 8 Luis Peña Basurto, 1949. El árbol, el hacha y el deporte rural en Guipúzcoa. Artículo inédito. 9 Sociedad de Ciencias Aranzadi, 1949. Actividades del grupo Aranzadi. (http://www.aranzadi.eus/fileadmin/docs/Munibe/1949208209.pdf)
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Foto2: El aizkolari Luxia (Juan José Narvaiza) en el momento de comenzar la prueba de corte del Airoko-pago. Fotografía: CC BY-SA Indalecio Ojarguren – Gure Gipuzkoa.
FRANCIS HALLÉ entrevista de Michele Cantazaro "Las plantas son inteligentes, quizá más que nosotros" Los vegetales se comunican y anticipan acontecimientos, según el investigador
El biólogo Francis Hallé en el Jardí Bontànic de Barcelona, la semana pasada. / RICARD CUGAT
Si se le pregunta al botánico Francis Hallé (Seine-Port, Francia, 1938) cómo se interesó por las plantas, contesta: "¿Cómo no podrían interesarme?". Esta respuesta resume la pasión por el mundo vegetal de este profesor emérito de la Universidad de Montpellier. Hallé se hizo famoso en los años 90 por sus expediciones en globo aerostático sobre las selvas tropicales. Su principal descubrimiento es la arquitectura de los árboles. Cada especie es una combinación concreta de unos pocos rasgos: ramas verticales o ramas horizontales; flores en los lados de las ramas o en su punta; etcétera. Hay miles y miles de combinaciones posibles, pero todos los árboles conocidos sólo emplean 24 de ellas y aún no se sabe por qué. Hoy, el caballo de batalla de Hallé es la inteligencia vegetal. De ello habló en Barcelona, con ocasión de los 20 años del Jardín Botánico de la ciudad.
¿Cómo pueden ser inteligentes las plantas, si no tienen cerebro? Tampoco tienen pulmones y sin embargo respiran. No tienen ojos pero pueden ver la luz. No tienen tubo digestivo pero se alimentan. Que la inteligencia necesita de un cerebro es lo que sale en el diccionario. Pero ¿quién lo ha escrito? Un ser humano, que ha definido la inteligencia a su imagen y semejanza.
¿Un ejemplo de inteligencia vegetal? Un bosque mediterráneo se puede quemar completamente y sin embargo los cipreses se quedan verdes. Cuando el fuego se aproxima a un ciprés y este alcanza los 60 grados, el árbol expulsa hacia la atmósfera en forma de gas las sustancias inflamables que contiene en su organismo. Cuando llega el fuego, no hay nada que quemar. Pero lo más interesante es que esas sustancias llegan con el viento hasta otros cipreses que están lejos. Cuando los alcanzan, estos hacen lo mismo, mucho antes que llegue el fuego. La comunicación entre árboles es la primera piedra de la inteligencia vegetal.
Pero eso es una anécdota… Le daré otro ejemplo. Hay un experimento británico con una planta trepadora, la pasiflora joven, puesta al lado de un palo. La planta saca un zarcillo para agarrarse del palo, pero antes de que lo alcance, los científicos mueven el palo cinco centímetros a la derecha. Entonces la planta saca otro zarcillo hacia la nueva posición del palo. Antes de que lo alcance, los científicos vuelven a mover el palo cinco centímetros a la derecha. Tras repetir eso cuatro veces, la planta ya saca el zarcillo orientado cinco centímetros más a la derecha de la posición del palo. No sabemos cómo, pero tiene capacidad de anticipar.
Es decir, ¿las plantas aprenden? No solo eso, se anticipan. Un colega japonés tiene un árbol cerca de su laboratorio con un electrodo bajo la corteza y otro entre las raíces, conectados con una pantalla. La pantalla muestra una señal regular. Si la curva se vuelve muy irregular, significa que al cabo de un rato habrá un terremoto. Las raíces de un árbol son como una enorme antena subterránea.
¿Es verdad que los árboles son tímidos? La timidez se refiere al fenómeno por el cual los árboles de la misma especie tienden a no tocarse. Cada árbol sabe si hay un vecino y si pertenece a la misma especie. Si este es el caso, el crecimiento de sus ramas y hojas se desarrollará por tal de que no entren en contacto con las del vecino. No sabemos de qué sirve, qué sentido evolutivo tiene.
¿Qué es lo más inteligente que le ha visto hacer a una planta? Lo más inteligente es la descentralización. Vivir como una planta es difícil, todo su organismo es comestible, hay un montón de herbívoros y no pueden escapar. En el ser humano hay órganos vitales. Esto sería peligroso para una planta. La solución es descentralizarlo todo: en cada célula de una planta hay todo lo necesario para crear la planta entera. Si pones una célula de planta en un medio de cultivo, al cabo de unos meses aparecerá la planta entera. Esta estrategia les da a las plantas una enorme resiliencia.
¿Lo de la inteligencia vegetal es una metáfora? Las plantas son inteligentes, quizá más que nosotros. Nosotros somos excelentes técnicamente, pero producimos una degradación del medio ambiente. Las plantas mejoran su medio ambiente. Las raíces producen todo lo necesario para sustentar una fauna enorme y fertilizan el suelo. Nosotros llenamos el suelo de sustancias químicas y se vuelve un desierto.
RICHARD GONZÁLEZ, en "El País" Y las moringas frenaron el avance del desierto
Este árbol centenario ha sido clave para ralentizar la pérdida de cultivos en diversas áreas de Túnez gracias a una iniciativa que emplea sobre todo a mujeres agricultoras en situación vulnerable
El nieto de Fátima junto a una moringa en la parcela familiar.Ricard González
Los caminos que llevan al compromiso medioambiental son variados. A menudo, parten de un interés propio. A veces del amor a una tierra o una persona, como el de una nieta urbanita por su abuela agricultora. Este es el caso de Sarah Toumi, fundadora de la ONG Acacias For All (AFA), que tiene como objetivo luchar contra la desertificación y expandir la agricultura ecológica en Túnez. “La tierra cada vez iba dando menos rendimiento. Antes, además de los olivos, mi abuela cultivaba las verduras que consumía. Poco a poco, tuvo que pasar a comprar las verduras en el mercado”, recuerda Toumi, una francotunecina de 32 años residente en París. “Los campesinos locales están sufriendo”, apostilla. Aunque sus estudios de Literatura Francesa poco tenían que ver con la agricultura, Toumi empezó a buscar una solución al grave problema de la desertificación en Bir Salah, el pueblo de sus ancestros, y en el que pasaba sus veranos. Tiene 5.000 habitantes y está situado en la franja central del país. A su alrededor, y durante varios kilómetros, el paisaje es monótono: hileras infinitas de olivos, convertidos en el monocultivo de toda la región. Según el Observatorio Tunecino del Agua, el país magrebí vive una situación de “estrés hídrico”, pues el consumo anual por habitante es de 480 metros cúbicos, menos de la mitad del umbral fijado por la ONU. Hasta un 75% del territorio nacional sufre de diversos grados de riesgo de desertificación. “La comunidad internacional se preocupa por el Sahel, pero en Túnez es ya una realidad. Si no tomamos medidas, en 30 años buena parte del país será un desierto”, advierte esta emprendedora social. A través de su padre, que había vivido en Sudán, Toumi conoció la acacia, un árbol que crece en los climas áridos y necesita poco agua para subsistir. En Túnez, era un árbol común, pero esta especie fue talada para cultivar trigo. En 2012, Toumi lanzó un proyecto de crowfunding, y con los 3.000 euros que recabó compró y plantó 1.000 acacias en Bir Salah. Sin embargo, la idea no acabó de cuajar y no se llegó a replicar la experiencia. “No hay un mercado en Túnez para la goma arabiga, su resina”, explica resignado Taieb Nemissi, un ingeniero agrónomo que trabaja en la ONG desde 2017.
Aunque sus estudios de Literatura Francesa poco tenían que ver con la agricultura, Toumi empezó a buscar una solución al grave problema de la desertificación en Bir Salah, el pueblo de sus ancestros
La filosofía detrás de la creación de AFA va más allá de la plantación de este árbol, y consiste en difundir la práctica de la agricultura sostenible entre los campesinos tunecinos y aumentar sus rendimientos, formarles en los principios del cultivo ecológico, e introducir nuevas tecnologías para el ahorro del agua, como el riego gota a gota. A pesar de que este sector representa un 9% del PIB de Túnez y emplea al 15% de su mano de obra, su modernización no ha sido un objetivo prioritario para los últimos Gobiernos. En buena parte, la mano de obra es femenina y las condiciones paupérrimas: sueldos de dos euros al día y sin cobertura social. Por eso, muchos hombres prefieren quedarse en los cafés y envían al campo a sus esposas. “Con la finalidad de empoderar a las marginadas mujeres del ámbito rural, trabajamos solo con ellas”, afirma Toumi, que siempre ha querido que AFA no tenga solo una perspectiva ambiental sino también de género. Aquella primera iniciativa voluntarista surgida del crowfunding se ha convertido en una organización sólida que da empleo a 15 personas y trabaja con más de 120 agricultoras en tres regiones que abarcan climas diferentes: en Bir Salah, en el centro del país; en Kebili, en el suroeste, en el borde del desierto, y en Zaguan, una región montañosa. El crecimiento ha sido posible gracias al reconocimiento internacional a la iniciativa, que ha ido acumulando premios internacionales para emprendedores sociales: Ashoka, Rolex Award for Enterprise, Echoing Green y La France S'engage Au Sud. El crecimiento de la ONG no solo ha sido en volumen, sino también en conocimientos. La investigación sobre las especies mejor adaptadas a cada entorno local les ha llevado, entre otras cosas, a sustituir las acacias por las moringas, un árbol originario de la India y que presenta numerosas cualidades. “Necesita también poca agua, pero además crece muy rápido, y puede hacer de parasol a las especies que crecen debajo suyo, lo que reducirá el agua necesaria para regarlas”, asevera Nemissi. Sus raíces penetran hasta 60 metros en el subsuelo. Además, todas sus partes —hojas, vaina, flores, frutos, semilla, raíces— son comestibles. Sus hojas son muy apreciadas en algunos países para la preparación de infusiones que facilitan la disgestión y se utilizan también como condimento (aportan el doble de proteínas que un yogur). De su flor, se produce miel, sus frutos se pueden comer crudos o fritos, y sus semillas se usan para purificar el agua. Nemissi habla con tal entusiasmo del moringa, que uno se pregunta porque no cambiaron el nombre de la organización. “Es una cuestión de marketing. Con Acacias For All nos dimos a conocer, y lo hemos mantenido”, dice con una sonrisa de oreja a oreja. Algunos inversores “verdes” estadounidenses apoyan el proyecto para importar los frutos.
Leila en su huerto rodeada de moringas.Ricard González
“Este es nuestro tercer año cultivando moringas, y el primero que ya hemos utilizado semillas propias”, explica Nemissi mientras acaricia el fruto del árbol, que se asemeja a la algarroba. “El año pasado, algunas campesinas ya consiguieron doblar beneficios, pasando de los 800 dinares (260 euros) al año, a 1600 dinares (530 euros) en un terreno de 500 metros cuadrados”, asegura orgullosa Toumi. Además de formar a los miembros de las cooperativas de las tres regiones donde trabaja, AFA ejerce de conexión con el mercado, creando cadenas de valor. La organización compra la producción a las cooperativas y de sus beneficios, un 20% lo devuelve en forma de primas a las campesinas, un 20% lo dedica a proyectos sociales en Bir Salah (ha renovado la escuela y el dispensario), y el 60% restante lo reinvierte en el crecimiento de la propia asociación. Fátima, una mujer que supera los 60 años y acude a su parcela ataviada con un velo rojo y alpargatas, anida esperanzas de que el año próximo será mejor que el pasado. “Un insecto nos mató varios ejemplares poco después de plantarlos, y aún no hemos obtenido los beneficios que preveíamos”, comenta, mientras sus nieto, un niño rubio de ojos azulísimos, escucha atento. La parcela de Fátima es el prototipo diseñado por la ONG: 500 metros cuadrados delimitados por cuatro olivos, cada uno en un vértice. Y entre ellos, filas de moringas alternadas con almendros, manzanos, aloevera, tomates... Todos regados con un sistema de gota a gota. Siguiendo las enseñanzas de la agricultura sostenible, hasta una decena de especies conviven de forma armoniosa en un terreno que antes era arenoso. El huerto de Leila no se vio afectada por ninguna plaga, y se muestra “muy satisfecha” con el nuevo sistema. En su parcela, algún árbol ya se acerca a los dos metros. “Cuando era pequeña, llovía más que ahora, y la tierra era más fértil. Solo hacía falta plantar, y las verduras crecían solas”, recuerda con nostalgia esta mujer afable y de sonrisa perenne. “De momento, hemos implantado el nuevo sistema en el huerto al lado de casa. Pero va tan bien, que nos planteamos exportarlo a las tierras de mi hermano”, dice estirando el brazo, dando a entender que se hallan lejos del pueblo. Fátima no quiere pensar en el futuro de su terreno de cultivo, cuando ella y su marido ya no tengan fuerzas para ocuparse de él. “Los jóvenes no quieren trabajar la tierra. Prefieren ir a la universidad, y tener un trabajo cómodo y que dé más dinero”, lamenta. Sin embargo, Anís, un estudiante de 21 años que colabora la ONG, discrepa de esta reflexión. A él le gusta el trabajo en el campo, aunque en el futuro espera combinarlo con un empleo relacionado con sus estudios de Ingeniería Civil. “No es cierto que los jóvenes no quieran ser agricultores, pero quieren que sea un trabajo digno, con un sueldo para vivir”, afirma. Al menos en Bir Salah, ello dependerá del éxito y expansión del modelo que quiere implantar AFA. La inquieta mente de Toumi ya está desarrollando nuevas y ambiciosas ideas, como la formación de una barrera verde de acacias desde Túnez a Marruecos que frene la expansión del Sáhara. Para este fin, la acacia es más potente que el moringa. “Ya hay algunos inversores interesados. Veremos”, desliza misteriosa. La lucha contra la desertificación y el cambio climático, además de sacrificios y el abandono de algunos malos hábitos y comodidades, también requiere de imaginación. Y a esta emprendedora, que a los 14 años creó la biblioteca de Bir Salah gracias a libros donados en Francia, no le faltan ideas.
IGNACIO ABELLA El viejo árbol y la cuidad, 1ª parte tomado deVerdeCiudadRadio3
El viejo árbol lleva décadas, incluso cientos de años, viviendo en el mismo lugar, extendiendo ramas y raíces y generando salud y vitalidad sobre su entorno. Podríamos decir que se encuentra en ese preciso lugar porque los gestores de ese territorio, sus vecinos o dueños, lo han respetado y conservado, por simple aprecio o como reconocimiento a las múltiples funciones que el árbol tiene en el paisaje.
Un árbol viejo es todo un símbolo de la sabiduría y cultura de las generaciones que han sabido preservarlo. Su valor es incalculable por la edad, la belleza y la fuerza que transmite a quienes lo contemplan o gozan de su sombra y presencia… Sin embargo, el urbanista o el arquitecto se encuentra con frecuencia que ese árbol, bosque o arboleda, está precisamente en las inmediaciones del sitio en el que ha de desarrollar su proyecto. Es entonces cuando ha de actuar con toda la sensibilidad, calma y previsión que el caso requiere, recordando siempre que un simple error, una actuación de apenas diez minutos, puede determinar la pérdida irreparable de un árbol. Es preciso recordar que somos, en cierto sentido, intrusos, recién llegados. Que del mismo modo que nuestros antecesores supieron transmitirnos este verdadero monumento vivo, tenemos la obligación moral, a veces también legal, de entregarlo a nuestros sucesores en el mejor estado posible… El proyecto debe, por tanto, integrarse a ese espacio singular, respetando las integridad del viejo árbol y adaptándose a su entorno. Es preciso en todo caso, para minimizar el impacto de la obra, un estudio previo a cargo de un experto, que contemple especialmente el desarrollo del sistema radicular, casi siempre mucho más extenso que la proyección de la copa, y los mecanismos de protección del árbol durante la obra y posteriormente. La obra debe adaptarse al árbol, no al revés. Bajo esta premisa seguramente descubriremos que, finalmente, la propia obra o edificación que ha integrado correctamente el reto de asimilarse a ese espacio ya habitado, adquiere en consecuencia madurez, armonía y originalidad.
“El viejo árbol y la ciudad”, de Ignacio Abella, autor de “El gran árbol de la humanidad”.
Fotografía Árbol Gordo en la década de 1930. Facilitada por Ayto. de Ciudad Rodrigo
BBC News Mundo ¿Por qué está muriendo Pando, uno de los seres vivos más grandes del mundo?
Foto Getty. Los álamos pueden vivir entre 100 y 130 años.
Para el visitante desprevenido, Pando no es más que un hermoso bosque de una especie de álamos llamados álamos temblones. Pero durante unos 14.000 años sus raíces han guardado un secreto genético que lo hace aún más interesante. Pando ocupa un área de 43 hectáreas ubicada cerca de Fish Lake, en Utah, Estados Unidos. Aunque es muy similar a otros bosques, algunos científicos lo consideran "el organismo vivo más grande y más pesado del mundo". ¿Por qué? Resulta que los 47.000 árboles que conforman Pando están conectados por un sistema de raíces y son idénticos genéticamente. "Todos estos árboles son en realidad un solo árbol", le dice a BBC Mundo el geógrafo Paul Rogers, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad Estatal de Utah.
Los álamos de Fish Lake son en realidad un solo organismo. Lance Oditt
De hecho, a Pando se le conoce como "el bosque de un solo árbol" y su nombre en latín significa "Yo me esparzo".
Un árbol que se clona
Los bosques de álamo se reproducen de dos maneras. Una es cuando los árboles maduros dejan caer semillas que luego germinan. La otra, más común, es que liberan brotes de sus raíces, a partir de las cuales nacen nuevos árboles a los que se les llama clones. Pando no es el único bosque clon, pero sí el más extenso. Como los expertos lo consideran un mismo organismo, suman el peso de todos sus árboles, lo que da como resultado un ser viviente que pesa un estimado de 13 millones de toneladas.
¿Por qué se está muriendo?
Rogers lideró un estudio que revela que durante los últimos 40 años Pando ha dejado de crecer, y de hecho ha reducido su tamaño.
Foto: Lance Oditt. Paul Rogers se dedica a monitorear la vida de Pando.
Algunas imágenes aéreas incluso muestran zonas en las que ya no hay árboles. Rogers no tiene una cifra exacta de cuán rápido se seguirá reduciendo Pando, pero según él, "en 10 años habrá reducido su tamaño significativamente". Los álamos suelen vivir entre 100 y 130 años. El problema es que están muriendo sin que haya una nueva generación que los reemplace. "Es como si fuera una ciudad de 47.000 habitantes y todos tuvieran 85 años", dice Rogers. De acuerdo a sus investigaciones, la principal causa de que Pando no logre expandirse es que en la zona se ha concentrado una gran cantidad de ciervos y vacas que se comen los retoños antes de que estos logren crecer.
La sobrepoblación de venados es una de las causas de que los nuevos árboles no logren crecer. Foto: L.Oditt
"Debemos comenzar a reducir el número de animales que se están comiendo los árboles", dice Rogers. "Si este bosque colapsa, todas las especies que dependen de él también desaparecerán".
¿Puede sobrevivir?
Para Rogers la solución está en ampliar las vallas que protegen algunas zonas de Pando, así como trabajar con los ganaderos para que ayuden a retirar las vacas del área del bosque, e incluso sacrificar algunos de los venados. La idea, según Rogers, es "darle un espacio de respiro para que Pando se recupere". "A primera vista es un simple bosque, pero cuando te enteras de que es un solo organismo, se siente genial estar ahí", dice. "Aprender sobre Pando nos sirve para saber cómo vivir de manera compatible con nuestra Tierra".
CRISTOVÃO BUARQUE (Brasil, 1944)La internacionalización de la Amazonia
Durante un debate en una universidad estadounidense, el 23 de octubre del 2000, el exgobernador del Distrito Federal y exministro de Educación de Brasil con "Lula", Cristovão Buarque, fue interrogado sobre qué pensaba de la internacionalización de la Amazonia, una tesis sostenida por los círculos de poder de Washington. El joven que hizo la pregunta dijo que esperaba la respuesta de un humanista y no la de un brasileño. Esta fue la respuesta de Cristovam Buarque:
De hecho, como brasileño yo simplemente estoy en contra la internacionalización de la Amazonia. Por mas que nuestros gobiernos no tengan el debido cuidado con este patrimonio, la Amazonia es nuestra. Ahora, como humanista, sabiendo del riesgo de degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás que tiene importancia para la Humanidad. Si la Amazonia, desde el punto de vista de una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la Humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas se sienten en el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y de subir o no su precio. De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, ella no puede ser quemada por la voluntad de un propietario o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos dejar que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en medio de la especulación. Antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de todos los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer apenas a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las más bellas piezas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el gusto de un propietario o de un país. No hace mucho, un millonario japonés decidió enterrar su cuerpo con un cuadro de un gran maestro. Antes que eso, aquel cuadro debería haber sido internacionalizado. Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Forum del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para asistir por restricciones en la frontera de los EE.UU. Por eso yo pienso que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhattan debería pertenecer a toda la Humanidad. También París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia, Recife… Cada ciudad del mundo, con su belleza específica, su historia, debería pertenecer al mundo entero. Si los EE.UU. quieren internacionalizar la Amazonia, por el riesgo de dejarla en las manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares de los EE.UU. Ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción millares de veces mayor que las lamentables quemazones hechas en las florestas del Brasil. En los debates los actuales candidatos a la presidencia de los EE.UU. han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo como canje de la deuda. Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos -no importando el país donde nazcan- como patrimonio que merece cuidarse en el mundo entero, aún más de lo que Brasil merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como un patrimonio de la humanidad, ellos no dejarán que trabajen cuando deberían estudiar, que mueran cuando deberían vivir. Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo. Pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia siga siendo nuestra. ¡Sólo nuestra!
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Yo al hilo de esta estrada quiero constatar que ya tenemos dos elementos fundamentales que son internacionales y no los respetamos. Me podéis decir ¿qué hacemos con los mares internacionales? ¿podemos hablar de la calidad del aire que también es internacional?
LAUREL WAMSLEY Los bomberos australianos salvan las únicas arboledas de los prehistóricos pinos Wollemi
El fuego arrasó el Parque Nacional Wollemi de Australia, pero los bomberos pudieron salvar las raras arboledas de pinos Wollemi prehistóricos. Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre de Nueva Gales del Sur. Reuters
Fue una misión salvadora tan dramática como cualquiera en la batalla que duró de meses contra los incendios forestales que arrasaron el bosque australiano. Pero en lugar de una carrera para salvar humanos o animales, un equipo especializado de bomberos australianos se empeñó en salvar las valiosas plantas: las arboledas ocultas del pino Wollemi, una especie de árbol prehistórico que sobrevivió a los dinosaurios. La especie Wollemia nobilis alcanzó su máxima extensión entre los 34 y 65 millones de años, antes de su progresiva disminución. Hoy en día, solo existen 200 árboles en su entorno natural, todos dentro de los cañones del Parque Nacional Wollemi, a sólo 160 kilómetros al oeste de Sydney. Los árboles son tan raros que se creían extintos hasta 1994. Ese es el año en que David Noble, un oficial del Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre de Nueva Gales del Sur, hizo rappel en un cañón estrecho y se encontró con un bosque de grandes árboles que no reconoció. Noble se llevó algunas ramitas y se las mostró a biólogos y botánicos que se quedaron igualmente perplejos.
Wollemia nobilis está cubierta de nódulos esponjosos de color marrón oscuro. Solo 200 de los árboles crecen en su hábitat natural. Gobierno de Nueva Gales del Sur
Un mes después, Noble regresó al bosque con científicos. Fue entonces cuando se dieron cuenta de lo que habían encontrado: "un árbol fuera de cualquier género existente, de la antigua familia de coníferas Araucarias", explica un científico estadounidense. Los árboles son altos y pueden alcanzar en la naturaleza 45m de altura. Tienen una corteza delgada y frágil, cubierta de nódulos de color marrón oscuro que les dan una especie de apariencia "burbujeante". Tienen conos que aparecen al final de sus ramas, y los árboles son monoicos, lo que significa que cada planta tiene conos masculinos y femeninos. Entonces, cuando los incendios forestales de Australia comenzaron a ir hacia el Parque Nacional Wollemi en las últimas semanas, los bomberos del servicio de parques y vida silvestre y el Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur pusieron en marcha una operación cuidadosamente planificada. "Este es un activo clave, no solo para los parques nacionales, sino para todo nuestro país", dijo Matt Kean, ministro de medio ambiente de Nueva Gales del Sur, en una entrevista con la Australian Broadcasting Corporation. Grandes camiones cisterna echaron retardantes de fuego alrededor de los pinos. Los bomberos establecieron un sistema de riego alrededor de los árboles para mantenerlos húmedos. Los equipos especializados rapelaron desde los helicópteros hasta el suelo del bosque para asegurarse de que permaneciera mojado. "Si el fuego llegaba, queríamos que fuera una quemadura fría en lugar de una quemadura caliente para darles la mejor oportunidad de supervivencia", dijo Kean.
Los bomberos se abrieron paso desde los helicópteros hasta el suelo del bosque. La ubicación exacta de los bosques es un secreto cuidadosamente guardado. Gobierno de Nueva Gales del Sur
El fuego arrasó los cañones y los bosques donde estos árboles han sobrevivido de alguna manera durante millones de años. Durante unos días, el humo era tan espeso que no estaba claro si el plan había funcionado. "Todos esperamos con la respiración contenida", dijo Kean. Por fin el humo disminuyó. Algunas llamas habían carbonizado algunos árboles, y dos murieron. Pero los esfuerzos habían valido la pena. "Finalmente", dijo Kean, "pudimos entrar allí y ver que, gracias a Dios, los árboles se salvaron". Dice que sabían que tenían que hacer todo lo posible para salvar los bosques de Wollemi. "Estos son los únicos pinos Wollemi vivos que se encuentran en cualquier parte del planeta en su entorno natural. Estos pinos cubrieron toda Australia. Ahora solo se encuentran en un lugar muy pequeño y secreto en Nueva Gales del Sur". Así es: la ubicación exacta de los árboles es un secreto. El gobierno dice que la supervivencia a largo plazo de los árboles depende de mantener su ubicación confidencial y de la cooperación del público para no intentar visitarlos. Los visitantes pueden introducir enfermedades y pisotear las plantas en regeneración.
El humo espeso tardó días en desaparecer y revelarnos si los árboles se habían salvado. Gobierno de Nueva Gales del Sur
Kean agradeció a los bomberos por sus esfuerzos y reconoció que si bien la temporada de incendios no es nueva, está empeorando. "Siempre tendremos incendios forestales en este país. No hay duda de eso. Pero no hay duda también de que la gravedad de los incendios forestales de este año nunca lo habíamos visto. Y eso se debe al cambio climático", dijo Kean. "Hay una gran oportunidad para que nosotros lideremos el camino en términos de abordar el cambio climático y ayudar al resto del mundo a descarbonizarse. No hay un país mejor en el planeta y mejor ubicado para hacerlo que Australia". Las autoridades estudiarán la respuesta a los incendios para dar forma a la estratégica respuesta en el futuro, un futuro en el que el fuego continuará amenazando los ecosistemas frágiles.
PASEO POR EL PALMERAL DE ELCHE, Patrimonio de la Humanidad Ruta de las palmeras singulares
El Ayuntamiento de esta ciudad ha editado un plano donde se señalan las palmeras más singulares de la ciudad. Hemos utilizado esta información para nuestro paseo haciendo fotos. En el término municipal de Elche hay 141 palmeras singulares, pero en esta ruta señala las 18 más destacadas de este Patrimonio de la Humanidad. Las palmeras "Golondrina", "Francisca" y "El Centinela" han muerto. Si queréis completar esta ruta id al jardín que hay detrás del Rectorado de la UMH, donde está el "zacate" una Beucarnea recurvata originario de México.
Palmeras que se encuentran en el Parque Municipal
(1) El Tridente: Palmera única en su morfología. Se divide a tres metros del suelo en un mismo plano. Es una composición vegetal de extraordinaria rareza. N 38º 16' 7" W 0º 41' 49"
(2) La Centinela (ha muerto): Dicen que tenía más de 200 años. Ostentaba el record de altura, 25 metros, desde el suelo a la "balona", sin contar las palmas. Recibió el nombre en honor a Pepe Tejera, cantante ilicitano que llamó a las palmeras, en una de sus canciones, "centinelas de mi pueblo". N 38º 16' 10" W 0º 41' 54"
(3) La Palmera del Colom (palomo en valenciano): Singular en su forma, a dos metros del suelo comienza a inclinarse llegando a estar horizontal, para elevarse de nuevo en vertical. Las palomas se posan en su parte horizontal, de ahí su nombre. Esta palmera en muy elegante y es difícil hacerle una buena foto. N 38º16' 10" W 0º 41' 51"
(4) El Candelabro: Palmera que a unos cutro metros se divide en cinco brazos, pero en un mismo plano. Toma el nombre de que su forma nos recuerda a un candelabro judío o "memorá". Sólo una de cada 30.000 palmeras presenta este tipo de rareza. N 38º 16' 11" W 0º 41' 52"
(5) La Palmera de Don Diego: El propietario de la palmera, Don Diego Ferrándiz Ripoll, alcalde la ciiudad, cedió esta palmera a la ciudad en 1945, un año antes de que se abriera el jardín al público. A dos metros de altura brotan cuatro brazos en círculo (otro más se secó). N 38º 16' 11" W 0º 41' 54"
(6) La Francisca. Tenía 17 m de altura cuando se tuvo que cortar por estar afectada por el picudo
(7) La Palmera de la Font: La familia Rico Román cedió esta palmera en 2013, emplazándola en el Parque Municipal en su ampliación hacia el este. El conjunto tiene ocho brazos, cuatro metros de diámetro y siete de altura, sujetado por una estructura de hierro. N 38º 16' 15" W 0º 41' 49"
(8) El Tirachinas: Esta palmera se bifurca a un metro de altura, estructura muy rara en el palmeral. N 38º 16' 16" W 0º 41' 48"
Palmeras que se encuentran fuera del Parque Municipal (9) La "Bonica": Esta palmera es un modelo en su especie, considerándose la más hermosa del palmeral. Frondosa como pocas y con palmas casi sin curvatura. N 38º 16' 1" W 0º 41' 46"
(10) La Pipa de San Plácido: Sujetada por un tocón para que su inclinación no la llevara al colapso, presenta una horizontalidad muy pronunciada para, en el final, conseguir la verticalidad. N 38º 15' 48" W 0º 41' 36"
(11) La Cobra: Está, en tres cuartas partes, apoyada en el suelo, después recupera la verticalidad. N 38º 15' 45" W 0º 41' 32"
(12) La Palmera Imperial: Es la reina absoluta del Huerto del Cura y del Palmeral de Elche. Debe su nombre a la emperatriz Elisabeth de Austria que la visitó en 1894. Tiene un vástago central y siete laterales formando un círculo. N 38º 15' 52" W 0º 41' 29"
(13) El Tornillo: Es un capricho el crecimiento en espiral de esta palmera. No se conoce el motivo. Parece muy deteriorada. N 38º 15' 48" W 0º 41' 21"
(15) La Pipa de Sempere: Recibe el nombre del huerto en el que se encuentra. Crece oblicuamente apoyada en un puntal. En su parte extrema toma la verticalidad al suelo. La pongo antes porque en el recorrido la encontramos antes que la 14. N 38º 15' 34" W 0º 41' 25"
(14) El Araceli: Tiene una forflogía similar a la Palmera Imperial. Debe su nombre al parecido con el aparato del Misterio de Elche, el Araceli, que eleva a la Vírgen al cielo. Sin embargo su forma no es apreciable hasta que no te sitúas justamente debajo del ejemplar. N 38º 15' 41" W 0º 41' 27"
(16) La Pipa Real: Está casi tumbada, unos nueve metros, elevándose en su tramo final. Creció verticalmente pero un día se cayó pero siguió creciendo. Está apoyada en dos puntales. N 38º 15' 38" W 0º 41' 33"
(17) La Tombá del Mur: Esta palmera creció inclinada cerca de la tapia del huerto. Se apoya en el muro y continúa creciendo inclinada pero sobre la calle. N 38º 15' 29" W 0º 41' 35"
(18) La Palmera del Forat: Presenta un agujero, motivo por el que se visita haciéndose la típica fotico. N 38º 15' 42" W 0º 41' 41"
(19) La Palmera Taleb Rifai: Esta palmera recuerda a la Imperial. A medio metro del suelo se divide en siete brazos armónicamente repartidos. Está dedicada a Taleb Rifai, que fue secretario general de la Organización Mundial de Turismo, organismo del que Elche forma parte. N 38º 15' 46" W 0º 41' 44"
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María Gil, en Facebook, ha publicado esta foto... me gusta. Me dice que está en la pedanía de Matola, justo detrás del Dialprix, se "asoma" a un camino de tierra.
JUAN GUZMÁN OJEDA, Ing. técn forestal Una de las sabinas de más porte y antigüedad de Canarias En PELLAGOFIO
Sabina de Tirma a partir de una foto de J.M. Quesada
(...) La sabina (Juniperus turbinata subsp. canariensis) fue un árbol muy común en Gran Canaria y Tenerife, congregándose en formaciones boscosas como las que todavía abundan en El Hierro y, sobre todo, en La Gomera. Nombres como La Chapa de Sabina, El Sabinal o El Paso de La Sabina redundan en las distintas toponimias insulares. En el caso de Gran Canaria, los sabinares que lucieron las medianías bajas fueron progresivamente consumidos por un pueblo que valoraba tanto el alto poder calorífico, como la intensidad aromática de su madera. La fragancia de la sabina, que se quemaba haciendo sahumerios, sirvió para ambientar y fumigar muchas casas ligadas al duro trabajo de campo. La resistencia de su madera es tal que, incluso en fecha actual, podemos toparnos con huecos que alojan raíces patentes, o también casas prehispánicas cuyas vigas de sabina todavía sujetan estructuras.
Vivienda aborigen Al pie de la montaña de Tirma hallamos una de estas viviendas, según el Dr. Grau Bassas la vivienda aborigen mejor conservada –pese a que durante un largo tiempo fuera utilizada como gallinero–, y no muy lejos de ella nos alegra contemplar cómo ha logrado llegar hasta nuestros días la testimonial sabina que protagoniza este artículo. La Sabina de Tirma se eleva sobre la cota 472 metros y ocupa la coordenada 28º 01´60″ Norte y 15º 43´36″ 0este, localizándose junto a un grupito de almácigos (Pistacia atlantica) y palmeras (Phoenix canariensis) en el cauce de un barranquillo conocido como Los Piloncillos. Se trata de un ejemplar vetusto, con ramas que presentan engrosados ganchos de inserción. Su diámetro se aproxima a los dos metros y su perímetro casi viene a duplicar esta medida. Su aspecto general revela una edad muy avanzada, parámetro que, al tratarse de una conífera y, en consecuencia, marcar anillos de crecimiento, podría calcularse en vida. Muy cerca de la base aparece una gran rama semidesgajada que aploma sobre un murete de piedra que el propietario actual de la finca, el Cabildo de Gran Canaria, mandara construir en el año 1995. Pese a la amplitud del medio agreste y natural circundante, no advertimos la presencia de más sabinas: a buen seguro la cuasi-extinción del cuervo en la isla ha reducido sus posibilidades de regeneración. Por otra parte, el carácter paradójico que atribuimos a este ejemplar radica en que, con casi 10 metros de altura, posiblemente se trate de la sabina con mayor porte de todo el archipiélago, toda vez que se ubica en una isla que, hace mucho tiempo, no puede presumir precisamente de sabinares. La cercanía del agua la salvó A menor escala, el bosquete termófilo que incluye la sabina se ubica dentro de un antiguo entorno de huertas agrícolas, como prueba sirva el cuarto de aperos que se encuentra a escasos metros. Según nos cuenta José Martín, auténtico patrimonio oral de esta zona, el agua nacía sobre un estanque cueva cercano y aunque lo normal es que se repartiera por las tajeas de riego, muchas veces se producía el reboso y libre discurrir hacia los umbríos precipicios cercanos. La robustez y extraordinario crecimiento de este individuo responden probablemente a la disponibilidad del recurso natural, circunstancia que debió permitirle crecer también durante los veranos. A fecha actual, el preciado líquido ya no fluye por los alrededores, según José Martín desde que se plantaron los pinos en la zona, es decir, hace cerca de 40 años. Sea o no casualidad, lo cierto es que nuestra sabina continua perdurando, ganándose a pulso su propia impronta monumental.
La espada de Doramas La razón por la que esta sabina logró evitar el hacha también podría explicarse por la cualidad hídrica. Ya en este sentido se expresaban muchas ordenanzas que antaño señalaban los puntos de agua como lugares de salvaguarda forestal. Y aunque no existan pruebas fehacientes, la tradición histórica señala que el guerrero Doramas eligió esta especie para confeccionar su gran espada. Quizás el propio caudillo aborigen, de haber visitado este remanso de paz, también habría indultado a este ejemplar en detrimento de muchas otras opciones para poder fabricar un arma tan afilada y letal como perfumada.
NATIONAL GEOGRAPHIC España El verdadero pulmón del planeta está en los océanos El fitoplancton, y no los bosques, producen entre el 50% y el 85 % del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera
Foto: iStoc
Hace tan solo algunas semanas contemplábamos desolados como ardía la selva Amazónica. Y durante la avalancha mediática, informativa y de opinión que un suceso de tal magnitud despierta, pudimos leer y escuchar una afirmación que, sin restar gravedad a lo que aconteció - y de hecho sigue aconteciendo en uno de los lugares más importantes para la biodiversidad de nuestro planeta- no paraba de repetirse: "arde el pulmón del planeta". Cuando no responden a causas naturales -no hemos de olvidar que en ocasiones la vegetación de un ecosistema y su equilibrio están adaptados a un régimen natural de incendios- los incendios son una auténtica desgracia. Los bosques y selvas de nuestro planeta, y quizá en especial la Selva Amazónica, son entes imprescindibles para la vida en la Tierra. Podríamos encontrar cientos de razones para afirmar que su conservación debería ser una prioridad en toda agenda política. Sin embargo, existe la extendida y errónea creencia de que los bosques los principales productores de oxígeno de nuestro planeta, lo que conviene desmentir, no por restar importancia al papel de que selvas y bosques desempeñan, si no por dársela a los verdaderos responsables de que hoy tú y yo podamos respirar: los océanos.
Cianobacterias vistas al microscopio. Foto: iStock
Nuestro planeta se observa azul desde el espacio por que en su mayor parte la superficie del mismo esta cubierta de agua. Aunque el cómo aún continúa siendo un misterio, la vida en la Tierra surgió en el preciado líquido, y si hemos de encontrar al responsable de la mayor parte de los servicios que nuestro planeta nos ofrece, es precisamente en el agua, en concreto en nuestros océanos donde debemos buscar. La respuesta la hallaremos en los organismos unicelulares del fitoplancton, que flotan por miles en la denominada zona eufótica del océano - que puede alcanzar los 200 primeros metros de profundidad- y en el que se incluyen dos grupos principales de organismos: las algas unicelulares y las cianobacterias fotosintéticas. Así, podríamos pensar que son los bosques y praderas jóvenes en tierra firme los grandes productores de oxigeno, sin embargo, nada más lejos de la realidad, el balance neto de oxígeno que se produce entre los periodos de respiración y fotosíntesis de las plantas terrestres, aunque puede ser positivo, en general es mínimo en comparación con el servicio que ofrece el fitoplancton.
Los organismos responsables de que podamos respirar se encuentran en los océanos: sin estos microorganismos autótrofos -aquellos que elaboran materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas- que hallamos mares y océanos serían un vasto y yermo páramo líquido. Gracias a su trabajo fotosintético, estas microscópicas criaturas producen entre el 50 y el 85 % del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera. El fitoplancton genera al menos la mitad del oxígeno que respiramos -unos 27.000 millones de toneladas al año- "enterrando" a su vez unas 10 gigatoneladas de carbono de la atmósfera las profundidades del océano anualmente. La acción por tanto de estos microorganismos en nuestro planeta cumple una doble función, cediendo por un lado el imprescindible oxígeno a la atmósfera, y retirando de ella a su vez el CO2, transformando el este carbono en carbohidratos que, tarde o temprano los demás organismos vivos podrán incluir en sus estructuras biológicas.
El árbol nacional de Colombia está en riesgo. Con el acuerdo de paz firmado entre el gobierno y las Farc, los científicos han redescubierto (y salvan) zonas de palma antes prohibidas. En 1991, Rodrigo Bernal, un botánico especializado en palmas, iba conduciendo por la cuenca del río Tochecito —un cañón apartado en la montaña de la zona central de Colombia— cuando tuvo un mal presentimiento. Junto a Bernal iban dos expertos en palmas: su esposa, la botánica Gloria Galeano, quien trabajaba con él en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, y Andrew Henderson, quien estaba de visita y trabaja en el Jardín Botánico de Nueva York. Estaban en busca de la palma de cera del Quindío, la palma más alta del mundo. Desde hace mucho tiempo, las palmas de cera han fascinado a los exploradores y a los botánicos por su altura impresionante, algunas llegan a medir hasta setenta metros. Hasta que se descubrieron las secoyas gigantes de California, en Estados Unidos, se creía que las palmas de cera eran los árboles más grandes del planeta. Una capa gruesa de cera recubre su tronco, algo que no se observa en otras palmas, y habitan donde no deberían vivir las palmas: en las laderas frías de los Andes a una elevación de más de 3000 metros de altura. Esto ha hecho que sea muy difícil su recolección y estudio. “Eran unas palmas emblemáticas enormes de las que no se sabía mucho”, dijo Henderson hace poco. La palma del Quindío —la especie que predomina en Colombia— fue designada como el árbol nacional del país en 1985, pero ese reconocimiento no implicó que se le brindara una gran protección. En un artículo tras otro, Bernal y Galeano advirtieron que las palmas de cera estaban en peligro. Muchas quedaron abandonadas en pastizales y campos de hortalizas, vestigios de un pasado boscoso. Ese tipo de palmas no pueden reproducirse fuera de algún bosque, ya que sus plántulas mueren si les da de lleno el sol o son devoradas por vacas y cerdos. En el lugar más grande de palmas conocido en Colombia, solo quedan unas cuantas miles de ellas. Pero los científicos habían escuchado que existían muchas más escondidas en la cuenca del río Tochecito, por lo que, si ese rumor era cierto, este era el bosque más grande de palmas de cera del mundo. El problema es que nadie podía llegar a ese lugar con seguridad.
Las palmas de cera del Quindío cubren las laderas de la cuenca del río Tochecito en Colombia. Antes de que se descubrieran las secuoyas en California, la palma de cera se consideraba el árbol más alto del mundo (algunas llegan a medir hasta 70 metros de altura).
Al entrar al cañón, Bernal supo que estaba controlado por guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Como científico de campo acostumbrado a trabajar en los rincones más anárquicos del país, ya se había encontrado con grupos armados en el pasado y había logrado salir ileso. Pero ahora, con Henderson en el auto —un extranjero que puede ser un blanco fácil para el secuestro—, estar aislados se volvió aterrador. “Me fui en reversa tan rápido, que el auto se dañó”, recordó. Pero se habían internado lo suficiente como para ver y fotografiar lugares exuberantes de palmas que caían de las cimas de las montañas como en cascada y sus troncos pálidos cubiertos de cera se alargaban como fósforos desde el sotobosque oscuro. Era el mismo paisaje que había contemplado en 1801 Alexander von Humboldt, el explorador alemán. Humboldt describió el espectáculo como uno de los más conmovedores de todos sus viajes: “El bosque sobre el bosque, donde las palmas altas y esbeltas penetran el velo frondoso que las rodea”. Bernal decidió que, si no podían estudiar las palmas de Tochecito, tendría que olvidarse de ellas, “borrarlas de mi mente”. El conflicto de Colombia tenía la peculiaridad de convertir ciertos lugares en zonas tan prohibidas que debían ser olvidadas, quedaban como espacios en blanco en los mapas y en la mente de las personas. Para sorpresa de los científicos, pudieron regresar a Tochecito en 2012, después de que el ejército colombiano expulsó a las Farc. Ya sin las guerrillas, descubrieron que los últimos lugares de palmas de cera se enfrentaban a nuevas amenazas. Ahora, Bernal y sus colegas están intentando salvar las palmas y estudiarlas al mismo tiempo. “Un lugar al que no se podía ir” Para cuando Tochecito se volvió un lugar seguro para las visitas, los científicos tenían una nueva colaboradora: María José Sanín, ahora botánica de la Universidad CES en Medellín. Para Sanín, de una generación más joven que la de sus maestros, Tochecito no había sido más que una fotografía seductora que tomaron de prisa en su viaje frustrado de 1991. “Siempre me lo describieron como un lugar al que no se podía ir”, dijo. Casi todo lo que se sabe sobre las palmas de cera es gracias a Bernal, Galeano y Sanín, quienes colaboraban entre sí o con investigadores externos. Galeano murió de cáncer en 2016; desde entonces, el equipo de investigación, que solía ser de tres personas, ha sido, en buena medida, un dúo. Pese a todo lo que Bernal y Sanín han contribuido a la ciencia de la palma de cera, conservarla sigue siendo una meta inasible.
Los botánicos Rodrigo Bernal y María José Sanín examinan las palmas de cera de Tochecito.
Un mensaje contra la guerrilla está rayado en el tronco de una palma. Durante décadas, la región estuvo controlada por guerrilleros y el aislamiento mantuvo a los bosques de palmas de cera relativamente intactos
El único santuario de palma de cera establecido en Colombia está cerca de Jardín, un pueblo en la zona cafetera. Está administrado por un grupo de conservadores de aves cuya meta es proteger al loro orejiamarillo en peligro de extinción, una especie que anida en los troncos de la palma de cera. El problema es que las palmas deben estar muertas.
Los loros son unas de las aves que se alimentan del fruto de la palma de cera.
“Esa población de palmas es vieja y muere de manera masiva”, señaló Sanín. “Así que eso es bueno para los loros y los observadores de aves, pero terrible para los botánicos”. En 2012, los científicos emprendieron una iniciativa para proteger cerca de dos mil palmas de cera cerca de Salento, un pueblo muy visitado por los turistas, pero ahí también hay mucho ganado pastando y existe la amenaza constante de la minería. Lograron que, por poco tiempo, se convirtiera en una causa célebre. Pero su detallado plan de conservación no despertó mucho interés entre las autoridades locales y los terratenientes. Pronto volcaron sus esfuerzos al recientemente accesible Tochecito, donde había aproximadamente medio millón de palmas que crecían en tierras privadas y menos propietarios que convencer. El valle se había salvado de la expansión del pastoreo y la minería que muy probablemente habría ocurrido si las Farc no lo hubieran aislado durante tanto tiempo. En 2016, unos 13.000 miembros de las Farc se desmovilizaron después de firmar un acuerdo de paz con el gobierno colombiano. Pese a que otros grupos armados, incluyendo algunos formados por disidentes de las Farc, siguen siendo una amenaza, el acuerdo abrió el acceso a extensiones enteras del país para la agricultura, la minería y la conservación, y cada bando compite por tener prioridad. Ese año, Bernal y Sanín propusieron un santuario de palmas auspiciado por el gobierno que protegiera las 8300 hectáreas de la cuenca del río. Pero tras dieciocho meses de “reuniones en Bogotá, con los propietarios y con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible”, comentó Bernal, casi todos los terratenientes de Tochecito se retiraron de la mesa de negociaciones, pues sentían que sus actividades se verían demasiado limitadas. Las vacas no son la única amenaza para las palmas; una empresa sudafricana quiere hacer una mina de oro colosal a cielo abierto al otro lado del valle. Un referendo local frenó el proyecto en 2017, pero muchas personas dudan que pueda resistir las impugnaciones legales, en especial por los grandes recursos económicos de la empresa y el apoyo del gobierno nacional de Colombia. Bienvenidos los turistas En años recientes, grandes cantidades de comunidades rurales de Colombia han rechazado la minería a gran escala y han optado por la agricultura y, cada vez más, por el turismo. Bernal comentó que en los primeros años de su regreso a Tochecito no vio visitantes. La carretera que pasa por ahí no aparecía en los mapas digitales, pues estaba prohibido el paso debido a las guerrillas; había quedado en el olvido. Ahora hay camionetas todoterreno llenas de jóvenes aventureros, la mayoría europeos, que transitan por este camino todos los días. Proveedores de la industria del ciclismo llevan a los clientes con sus bicicletas a una granja ubicada en la cima de la colina para que puedan disfrutar de los espectaculares paisajes del bosque mientras descienden.
Las palmas de cera no pueden reproducirse fuera de un bosque; sus plántulas mueren con el sol directo o los animales se las comen.
En una mañana nublada de agosto, Michael Pahle y Teresa Lüdde, de Berlín, tomaron un descanso sobre el césped de un risco y admiraron una ladera con palmas como parte de su excursión en bicicleta. Posteriormente, Pahle dijo que pensaba que, en comparación con estas, las palmas más famosas de Salento parecían “algo más dispersas y tristes”. Algunos terratenientes han convertido sus propiedades en reservas de palma de cera. Uno cobra una pequeña cuota de admisión de 1,50 dólares para que los visitantes admiren el paisaje y tomen refrigerios. Otro está deshaciéndose gradualmente de su ganado y recibiendo a turistas e investigadores. Aun así, el fantasma de la minería nunca está lejos. Mientras los científicos salían del valle, Sanín observó agujeros hechos por una retroexcavadora en la alta orilla de tierra que flanquea el camino: evidencia de una exploración reciente.
Un terreno con palmas de cera al amanecer
Bernal mencionó que cree que la esperanza más viable para Tochecito es comprar tierras para establecer una cadena contigua de santuarios privados. Solo dos grandes tramos albergan una cuarta parte de las palmas, afirmó. Si hubiera cuatro, se podría salvar la mayor parte del bosque. Detuvo su auto brevemente en la base del valle, donde solía estar el campamento de las Farc. Prácticamente no quedaba nada, solo vestigios de un jardín que las guerrillas solían cuidar en un claro que usaban como salón de baile
RECORRIDO POR EL BAJO TORMES Y LA SIERRA DE BÉJAR-ENTRESIERRAS de salamancartvaldia.es
La ruta de los árboles monumentales y singulares de Salamanca
Desde el moral más grande de España en San Pelayo de Guareña, a los imponentes alcornoques de Valdelosa y al haya de Herguijuela de la Sierra, en un singular recorrido por el paisaje de la provincia
El singular patrimonio arbóreo que custodia la provincia salmantina. Foto: Fundación Tormes-EB
(...) Dos rutas, diseñadas por la Fundación Tormes, llevan al viajero hasta el bajo Tormes y la Sierra de Béjar- Entresierras. Todo un patrimonio natural. Comenzamos la ruta por dos de estos árboles centenarios, el Moral de San Pelayo de Guareña, con más de 300 años, considerado como uno de los más grandes de España y que sorprende por su porte, una estructura sólida, tejida a base de ramas y hojas. También encontramos un Moral en Torresmenudas, un árbol venerable bajo el que, en tiempos, se celebraban actos. Aunque es difícil precisar cuándo fue plantado, la historia relata que fue la cultura árabe la que trajo estos árboles hasta la rivera del Cañedo. En San Pedro del Valle encontramos el conocido como Fresno de la Fuente, una fusión casi perfecta de la madera, la piedra y el agua porque las ramas y tronco del árbol se enlazan con la propia fuente. El Arboreto de Almenara de Tormes debe su nombre al botánico Emilio Blanco. Se trata en realidad de un conjunto de árboles de distintas especies ubicadas en un mismo espacio, en la pradera de la Fundación Tormes-EB, El olmo del arroyo de la Villaselva, en Florida de Liébana, debe su nombre a un arroyo del mismo nombre. Una ruta por las Catedrales Vivas que incluye una parada en el Alcornoque de Santiz, con más de 500 años, y en las Sequoias Rojas de Valverdón, ubicadas en la Hacienda Zorita, son cuatro impresionantes árboles. Sus esquejes procedieron de un vivero del siglo XIX, el mismo del que salió el ejemplar del antiguo edificio de la Universidad de Salamanca. Alcornoques monumentales Parada inexcusable en Valdelosa, tierra de alcornocales en el noroeste de la provincia, y que cuenta con uno de los ejemplares más singulares. El alcornoque de los Carretos -se estima que en sus ramas llevan el peso de más de 760 años-, destaca por su imponente presencia. Tal y como relatan los vecinos del lugar, se denomina carreto a los ejemplares de gran tamaño con los que se puede llenar una carreta de corcho. Árboles singulares en la Sierra de Béjar-Entresierras Los olivos casi milenariosde San Esteban de la Sierra, el Castaño de los Mozos en Lagunilla, el Roble Herrero en El Cerro o los Cipreses del Campo Santo en Montemayor del Río son algunos de los ejemplares que se abarcan con esta ruta. Junto a uno de los más impresionantes por su enorme porte, la Sequoia del Jardín El Bosque de Béjar, se ha colocado una placa conmemorativa para homenajear con esta ruta al famoso naturalista y comunicador Félix Rodriguez de la Fuente.
Se señalan algunos de los lugares mencionados en esta entrada.
Diferencia entre los anillos de crecimiento de un pino carrasco (conífera) y una carrasca (frondosa de anillo difuso)
Las plantas son buenos indicadores de las condiciones ambientales de un lugar, si conocemos los requerimientos de la especies o sabemos interpretar su aspecto como tamaño hojas, desarrollo, etc. Los árboles además almacenan esta información de los años que han vivido en su madera, por lo que podemos obtener información sobre clima, eventos, o su relación con otros seres vivos (competencia, depredación, etc. ). Eso si no nos van a dar cifras concretas, solo si ha sido un buen año o malo y en que año, lo que es especialmente interesante en lugares donde no hay registros por escrito de esta información. La madera es un material bastante perdurable en buenas condiciones puede ser casi eterno, incluso se puede fosilizar. La madera permite la árbol crear la estructura de ramas y troncos que soporte al fronda. El árbol tiene dos crecimientos uno en altura a partir de la yema terminal y otro en anchura desde el cambium, una fina capa de células situada entre la corteza y el leño.
Abeto, tres anillos muy estrechos como consecuencia de las larvas defoliadoras de un lepidóptero. Quejigo series de anillos estrechos y anchos como consecuencia de la poda.
De manera que el tronco crece hacia el exterior en la época vegetativa, cuando llega el invierno por frío o en algunos casos en verano por la sequia el árbol deja de crecer, ese parón queda reflejado en un anillo, en las zonas donde no hay estos descansos no se forma anillo, el crecimiento es continuo como ocurre con algunos árboles como el baobad. Los anillos de los primeros años suelen ser siempre mas anchos que la media. Donde mejor se aprecian los anillos es el las coníferas (pinos, abetos, cipreses y similares), en frondosas de anillo poroso como el roble también se aprecia bien y en otras de anillo difuso como la carrasca es mejor no intentarlo, al menos al principio, pues sus anillos son difíciles de ver. Volviendo a los anillos de una conífera, en primavera desarrolla un anillo ancho y de color claro, anillo de primavera o madera temprana, a final de la época vegetativa a final de verano o en otoño desarrolla un anillo estrecho y oscuro.
Liberación en abeto, los anillos pasan de estrechos a anchos, como obsecuencia de la tala de los arboles que le hacían sombra. Decaimiento en enebro de la miera, anillos progresivamente más estrechos como consecuencia del creciendo de pinos de repoblacion que le fueron dejando sin sol directo.
Si el año es bueno para el árbol, en un clima mediterráneo es un año lluvioso y en un clima de alta montaña o de latitudes altas es un año cálido, el árbol ha crecido mucho luego el anillo es ancho. Si el año ha sido malo (seco/frío) el anillo será estrecho incluso es posible como ocurre en árboles de grandes dimensiones que no se forme en todo su perímetro, por lo que la correspondencia entre anillo año no siempre es correcta; por eso hablamos de anillos de crecimiento y no anuales (puede haber anillos ausentes y anillos dobles). Es labor de los dendrocronólogos asignar una fecha a cada anillo partir de unos años de referencia característicos para cada zona, formados por condiciones climáticas excepcionales y de carácter general, así para el NE peninsular son1871, 1931, 1963, 1972-73 por frío y 1984, 1986, 1995, 2005 y 2012 por sequia. Bueno ya tenemos nuestros anillos datados así podremos poner fecha a la información que nos aportan, es evidente que cuanto más viejo sea el árbol mayor información tendremos. Pero no nos vale un solo árbol hay que procurar encontrar al menos diez de la misma especie y misma zona para que la información sea extrapolable y no es necesario cortarlos, con una barrena especial se saca una muestra de los anillos procurando no causar daños al árbol. En línea generales de los anillos más estrechos deducimos: los años malos climáticos suelen ser anillos aislados, dos o tres anillos puede deberse a una plaga por ejemplo un insecto defoliador y el árbol se recupera después, series de anillos estrechos intercaladas con anillos normales más anchos puede deberse a podas repetidas como por ejemplos en los trasmochos. Si pasamos de anillos muy estrechos a anchos de forma brusca es un liberación, ha desaparecido la competencia por ejemplo el árbol que le quitaba la luz a otro; puede ocurrir el caso contrario los anillos son cada vez más estrechos, el árbol esta en decaimiento, bien por enfermedad o que la competencia lo esta arruinando. De todas formas cada caso hay que verlo en su contexto para buscar la información.
Científicos logran germinar palmeras extinguidas con semillas de hace 2.000 años
Científicos israelitas han logrado cultivar seis palmeras a partir de semillas de palmera datilera de 2.000 años de antigüedad, lo que las convierte en las semillas más antiguas que han logrado germinar en la historia del planeta.
Foto de las seis palmeras germinadas. Foto: Science Advances.
Según cuentan los investigadores, del Centro de Investigación de Medicina Natural Louis L Borick en Jerusalén (Israel), un centenar de semillas de palmera datilera (Phoenix dactylifera) fueron encontradas en el desierto de Judea, cerca de Jerusalén, y fueron sometidas a la prueba del radiocarbono para revelar que tenían alrededor de 2.000 años de edad. Posteriores análisis genéticos, documentados en la revista científica 'Science Advances', revelaron que varias de estas semillas provenían de palmeras datileras femeninas, que fueron polinizadas por palmeras masculinas de diferentes áreas. Esto sugiere que los antiguos habitantes de la zona cultivaban los árboles utilizando sofisticadas técnicas para sembrar las plantas.
6 de 33 semillas plantadas
Los investigadores, tras el hallazgo de las semillas, las prepararon empapándolas en agua y añadieron hormonas que ayudan a la germinación y el enraizamiento. Finalmente, plantaron un total de 33, que fueron las que observaron que podían tener más posibilidades de germinar, en el suelo de un área en cuarentena. Una de las 33 fue usada como semilla de control y no recibió el tratamiento fertilizante. Prepararon las semillas empapándolas en agua y añadieron hormonas que ayudan a la germinación y el enraizamiento Según nos cuenta Science Alert, del total de semillas plantadas, seis han logrado germinar y los científicos ya las han bautizado: Jonah, Uriel, Boaz, Judith, Hannah y Adam. A partir de ahora, podrán hacer pruebas y análisis que no podían realizar solo con las semillas. El objetivo es desentrañar cuál es el secreto de la longevidad de la semilla de la palmera datilera y poder aplicar este descubrimiento en otras plantas y, sobre todo, en la agricultura. Los cultivos de palma datilera de Judea, según los expertos, comenzaron a extinguir después de las guerras de la región con Roma en los siglos I y II dC. Los investigadores creen que las condiciones calientes y secas del desierto de Judea probablemente ayudaron a preservar las semillas sobrantes durante tanto tiempo. Anteriormente, la semilla germinada más antigua del mundo era una semilla de loto chino de 1.300 años recuperada de un lecho de un lago seco en China. En 2012, investigadores en Rusia cultivaron una flor de tejido frutal de 30.000 años de edad, recuperado de sedimentos congelados en Siberia.
Es un antiguo corto de animación con dibujos a lápiz sobre papel. La calidad no es buena pero alude a la deforestación abusiva que hizo huir a los árboles al fondo de un valle... Vamos, ¡de actualidad!